Ikandi y Vilarinho das Furnas: noticias de aldeas sumergidas

Hay secretos míos
que el río se ha llevado,
y lo que me pidió lo voy cumpliendo
poco a poco en la tierra.
Pablo Neruda (en Las Uvas y el Viento)

Portugal, al igual que muchos países de Europa, está a sufrir la peor sequía desde hace muchas décadas y los daños en la pecuaria y en la agricultura desde ya son devastadores, previéndose faltas de agua y pésimas cosechas por largos periodos. Y la Tierra continúa a sentir cada día más el calentamiento global resultado de la utilización de combustibles fósiles a gran escala, una característica de este modelo de desarrollo industrial dominante y sus aparatos tecnológicos. Más del 80% del anhídrido carbónico acumulado en la atmósfera desde la 2ª Guerra Mundial proviene de los gases que desprenden las fábricas de los países industrializados y de los tubos de escape de los automóviles.
Junto con los dramas, los dolores y las preocupaciones de la poblaciones más afectadas, con la sequía también llegó una carga de nostalgias y sorpresas: las aldeas que fueron “devoradas” “sumergidas”, “tragadas” por las represas construidas en los años 60 y 70 fueron apareciendo..! Y una de estas aldeas es Vilarinho das Furnas, la mítica aldea comunitaria portuguesa...que fue una de las aldeas sacrificadas en nombre de las políticas desarrollistas del Estado. Una de sus características fundamentales era la organización comunal, en él se observaban formas de propiedad colectiva, que para los años 70 era un caso raro, pero que en tiempos antiguos era el tipo de organización en un sinnúmero de sociedades de Europa..
Localizada al Norte de Portugal, en las Terras do Bouro (límites con Galicia) y sumergida durante casi 35 años, Vilarinho das Furnas está de nuevo al descubierto. Este acontecimiento ha sido el motivo de atracción al lugar de centenas de curiosos, de turistas, y un sentimiento de nostalgia ha invadido el espíritu de sus antiguos habitantes. Más de 3,000 hectáreas de tierra fértil quedaron debajo del agua, cuando las compuertas de la Hidroeléctrica de Vilarinho se cerraron en 1970.
La instalación de presas en la mayoría de los casos tiene como objetivo la generación de energía eléctrica, otras almacenan agua para sistemas de riego y también para controlar los niveles de los usos fluviales para evitar inundaciones. Sin embargo, su construcción indiscriminada destruye humedales, atenta contra la fauna fluvial y terrestre, y provoca el desplazamiento de decenas de millones de personas.
Casi en los mismos años de la década de los setenta en que la aldea comunitaria de Vilarinho das Furnas sucumbía al progreso, en 1975, siete aldeas Kunas, localizadas en la región de Madungandi, Panamá (Bayano), comunitarias desde siempre, amantes de las plantas y la fauna, con sus memorias de ríos y bosques, también sucumbían a los planes desarrollistas del Estado. Una de ellas fue la mítica Ikandi. Cerca de 35,000 hectáreas de tierra fértil y bosques fueron inundadas; en sus últimos días, un grupo de jóvenes kunas y no kunas, nos quedamos por algunas semanas, otros por más tiempo, tratando de salvar al máximo posible, cosechas e historias, plantas y memorias.
No obstante, Ikandi (Aguas Claras como era conocido por la nomenclatura no kuna), no logró escapar a esta onda de modernización. Maíz, tubérculos, árboles frutales, animales, plantas medicinales, espacios de socialibilidad, paisajes culturales, todo se hundió. Quedó bajo el Lago. Entre 1973 y 1976 fueron relocalizados más de 1,000 habitantes de estas aldeas. Se les prometió apoyo, indemnizaciones, etcétera...Hoy siguen peleando en Tribunales y Congresos las promesas incumplidas y enfrentando nuevos y complicados problemas de vida.
Más de 45 mil represas en el mundo han inundado más de 400 mil kilómetros cuadrados de tierra. Entre 40 y 80 millones de personas han sido desplazadas de sus tierras, de las cuales la mayoría es indígena y campesina. Muchos de los desplazados no fueron reconocidos y no fueron reasentados o indemnizados.
Nacemos varias veces, nacer sin fin, exorcizando a la muerte; mi primer nacimiento fue en una isla, otros fueron en otras pieles, en otros aromas, en otros territorios…Uno de mis nacimientos fue en esta aldea Kuna, sumergiéndonos en su río, éramos jóvenes kurbanos (kunas urbanos) encontrando raíces, suelos y memorias, viviendo sentimientos diversos, rabias, amores, dudas y allí consolidé mi nombre dule Inawinapi, y como testimonio me acompañaron, dos lindos hechiceros Ologuaidi y Evita y los anais de la comunidad.

Y así Ikandi (hoy sumergido bajo el Lago) es mi otra tierra natal, o mejor mi Agua Natal..!